jueves, 9 de octubre de 2008

Engañado por lo contrario al amor, el dolor. Sosteniéndolo muy, arriba, mantuve mi altura desde el primer segundo. Te estuve mirando desde el primer momento
Princesa de todos mis palacios si me pudieran dar a elegir como y donde yo quisiera morir, contestaría acostado feliz de estar a tu lado, victima de un sexo exagerado, sonriendo, mirando el techo con tu cabeza en mí pecho.

No hay comentarios: